lunes, 13 de junio de 2011

SD Logroñes - Villaviciosa

Irónicamente, a los de Juanjo Granereo se les ha ido la eliminatoria cuando mejor se le habían puesto los dos partidos. Primero, en la ida, el 1-1 llegó apenas dos minutos después de adelantarse. Esta vez, en el Mundial 82, la historia fue muy parecida. Tras una primera parte muy igualada, el Villaviciosa se adelantaba por medio de Rubio tras un buen pase de Óscar. Era su segunda oportunidad clara, después de un mano a mano que Pisón sacó a Uruñuela.

Entonces fue cuando el equipo se volvió a venir abajo. Un conjunto caracterizado por su firmeza defensiva la perdió cuando más la tenía que explotar. Apenas seis minutos después del 0-1, Omar hacía la igualada con un disparo raso desde fuera del área. Todo el miedo y el silencio que había en la grada se tornó primero en ilusión y luego en euforia sólo dos minutos después, cuando Jorge Herreros se hacía con un balón suelto en el área y batía a Pope de vaselina.

Otra vez tocaba remar contracorriente. La distancia no era insalvable, era sólo de un gol, pero la confianza de los riojanos había crecido muchos enteros, animados por una grada incansable. Aun así, el Villaviciosa ha demostrado que es un equipo que no se rinde fácilmente. Empuje y ganas no le faltaron, pero esta vez fue insuficiente. El Logroñés sigue y el Villaviciosa se queda por el camino. Eso sí, con la cabeza muy alta. Ya lo valoran, pero dentro de unos años lo valorarán aún más.

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